No me gustan los sonetos
ni aún los de Lope de Vega
ni aún siendo de Garcilaso
por no gustar las correas;
el sentir sea cinchado,
los sentimientos atados
Baila su voz sometida,
oprimida por cadenas
de las que no ha liberado
Es su danza la de esclavos,
un bailar de prisioneros,
de pájaros enjaulados
suspirando entre barrotes
por no quebrantar rebeldes
las reglas, leyes impuestas
a las palabras, la voz
Lánguido, que languidece.
Languidece ese su amor
Dios amor muere de amor
lo mismo que un ruiseñor
en una jaula encerrado
por haber sido cazado,
cautivo de un opresor
que ha reglado, entre barrotes
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