Un cuerpo social viejo,
pues apenas nacen niños y los jóvenes expulsados se van,
y debilitado por la enfermedad interna,
por los agresores internos
tiene parecida oportunidad
de sobrevivir
ante un oportunista agente externo
que un cuerpo físico nuestro en similar situación.
Más o menos la misma oportunidad.
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