Anoche, antes de irme a la cama, estuve un rato dando vueltas al tema de las lides amorosas y a que fui y persisto en ser una patosa. Llegué a plantearme que en algún sitio dan clases y yo he estado, pues era habitual en mi, haciendo campanas.
Aclaro, a fin de evitar confusiones, que dar vueltas a un tema en la cabeza no es dar vueltas a la cabeza transformada en la niña de El Exorcista.
No es el problema, mi problema ser una pazguata de tantas en las lides estas, lo son los ideales como ya tengo dicho.
Los ideales sobrenaturales pasados o presentes son un problema por ser seres a los que es imposible parecernos, más que nada por lo de la magia, milagros que hacen. Si de otro tema se tratase sé de buena tinta que una puede ir donde hacen zurcidos, con lo que no es problema.
Y los idealizados ideales humanos pasados y presentes son un problema pues suponen deshumanizarse y una no está por dicha labor. No fui vendida por los míos como si fuese una ternera y no voy a venderme como una vaca.
Vamos, que a esta que habla y otras las resulta inevitable en esta realidad resultar decepcionantes o tal, así que aconsejo tener alta la autoestima y echarse todo lo relativo a este tema a la espalda.
Mañana será otro día. Ya se caerán del guindo llevando un buen coscorrón.
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Una vez arropada en la cama por dos veces me sobresalté, bien creí que me iba a dar algo. Fue pensando en el puto paro. Me queda muy poco de aquellos tiempos en que mi contrato era indefinido. Y es que dormidos o medio dormidos no controlamos cuanto nos está afectando de muy mala manera. Poco más y vomito el corazón.
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