Para mi que aquí habría que añadir a algunos instintos con otra física apariencia ya que les gusta, y mucho, ver y oler y conocer , saborear la sangre ajena y escuchar los chillidos de las víctimas, para ellos ruiseñores y jilgueros cantando, pues carecen, inhumanos, de todo tacto o sensibilidad al ajeno mal. Son las avispas y avispones, figurádamente.
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