Había una vez un rey,
una pieza de ajedrez
tan ladina, tan astuta
y fría, calculadora
que encontrándose ya en jaque
con el alfil aliada
sugestionara a un peón
Tan vanidoso le hizo
que subido en el caballo
fingiendo una dirección
por sorpresa la cambió,
su ataque fuera a traición
e hizo el amo del tablero
y las piezas de ajedrez
Pasado el tiempo la parca
le dio mate a este peón
y el rey ocupó su puesto
sin montar nunca al caballo;
de la torre, fortaleza
se hizo el amo, el propietario
Estaba experimentado
en las tretas, artimañas
que lo suyo era el teatro
y al peón utilizó para sin correr peligros
y para quedando él bien
quedando mal el peón
con las gentes del castillo
ser quien dirigiese el juego,
el juego las marionetas
No hay comentarios:
Publicar un comentario