Quitando Caprichos. Una Niña Caprichosa

 Es una larga historia de que me crié entre dos familias a su vez familias carnales.
Entre 4 y 6 años tenía por aquel entonces. 
Una me hizo una niña que comía a su antojo, lo que me convirtió en una antojita alimentaria que incluso me quedaba, decimos, llorando. Me ponía literalmente morada por la rabieta. 
Yendo con la otra no quería comer lo preparado para todos La cocinera mamá con firmeza, segura de sí misma me cogió por la cintura y me sentó en la silla con un ! Comes lo que hay ! Ni una lágrima salió de mis ojos, ni una voz de mi boca; de un plumazo me quitó el cuento, la tontería. No me pasó en absoluto nada así que nada de  Pobre niña, menuda madre, mira que con lo chiquitina que era
! Trauma ninguno,  no seamos ridis !
Menos pasará por quitar los caprichos a quienes son físicamente adult@s, por muy adictos que sean, por muy antojitas que son.

Bruto Consumo Caprichosista y Calentamiento Global

 Mejor que subir los salarios sería bajar los precios de lo necesario más hacer público, compartido,  todo lo saqueado por los brut@s caprichosistas presentes y fallecidos.
El consumo caprichoso, irracional, de brut@s, descontrolado acaba con el planeta como consecuencia ! El fin de nuestra especie,  que tampoco podrá obtener lo necesario ni vegetal ni animal! Nuestra supervivencia depende de la suya !
Extremista es, por ejemplo, no controlar la proliferación de los conejos ya que nos dejan y dejan a todo herbívoro sin nada. Acabar  con ellos también es extremista ! Fanático !