La diosa naturaleza,
la madre naturaleza
no ha concluido su parto,
el parto de su cabeza.
El cuerpo se hace cabeza.
Gigante cuerpo de niño
que a ser niño condenaron
en ella va transformando
que el hombre tiene cabeza
Es consciente, responsable
y sabe le condenaron,
le condenaron aquellos
a cuyas palabras daba
importancia, relevancia.
Así la connotación que a la palabra dios daba
por creer sus bocas o manos santas
era milagrosa, mágica.
Tanta fe en ellos tenía,
tanto en ellos confiaba
que todo cuanto decían,
que todo cuanto enseñaban
como de dios apreciaban
y así en su vida influía,
era en ella trascendente
siendo dios solo un recurso
que recurso no enseñaban
y por ello no aprendía.
Prestigio daba inocente a sus bocas
y a sus manos mentirosas,
el valor que a otras ingenuo negaba
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