Queridos hijos e hijas :
Me dirijo a vosotros para pediros perdón en nombre, en representación de todos los padres que hoy presentes no damos la talla a vuestros ojos para que sigáis nuestro ejemplo. No os lo pido por no haber sido padres adultos de verdad, auténticamente, verdaderamente, realmente. Os lo pido por el ahora, por este instante en que pudiendo serlo no lo somos. Somos unos rajados y no valen excusas,
las disculpas a las que nos hemos habituado para justificar nuestra infantiloide irresponsabilidad. Vivimos eludiendo por activa y pasiva las responsabilidades que adquirimos cuando sí que fuimos adultos para engendraros.
" A buen entendedor pocas palabras bastan " y vosotros lo sois, comprendéis a la perfección el amplio significado de mis cuatro letras.
Con mis mejores deseos de que no os perdáis en la busqueda de vuestro icono, modelo, ejemplo sapiens adulto a seguir para alcanzar ser responsables.
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