Qué hermoso...
! Qué bello era !
Me encandilaron sus ojos
y ! Ay ! que le hice poemas
Poemas que dieron risa
que me olvidé mis poemas
Quiza me fui a columpiar
y me los leyó mi suegra,
la que sería mi suegra
y nunca a suegra llegó.
Yo no sé lo que pasaba,
qué ocurria a nuestros ojos
que cada vez que cruzaban
el calor que desprendian
sin anzuelos se prendian
y más y más se encendian
y al incendiar más pescaban
Años de versos, poemas,
que en un beso se quedaron.
Y no fue su último beso
ni los labios más besados
fueron los que me besó
Y no fue mi último beso
ni mis labios más besados
que el sedal de nuestros ojos
enredo desenredo
y en la memoria prendidos
que no desprendió el olvido
los anzuelos de calor
que desprendian tus ojos,
tus ojos de pescador
y aquellos ignénuos mios,
novatos como los tuyos
con la caña de pescar
Y si sé lo que pasaba
Y sí sé lo que ocurría
Que los fuegos se atraian
y por un instante, un beso,
un pegarse nuestros labios,
ya de jóvenes los labios...
Buena memoria la mía
que tú recordar no puedes
los años de nuestros ojos,
de los tuyos y los míos
Solo tuyos, solo mios
que lo idéntico no existe
Solo nuestro era el sedal
que tan solo aparecia
al cruzarse nuestros ojos
Y era único el sedal
que irrepetibles los ojos,
los ojos tuyos y mios.
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