La corrección política iguala injustamente a los barbar@s con los civilizad@s; para ser más exactos a :
- Conceptos Neanderthal > Obrar fiel reflejo
- Conceptos Sapiens Sapiens > Obrar fiel reflejo
- Híbridos > Obrar fiel reflejo
Esto es injusto para quienes los conceptos, ideas, juicios; mentalidad ya es Sapiens Sapiens.
A lo que voy con un ejemplo, el siguiente.
¿ Cómo hay quien dice la sandez de que podemos comportarnos sexualmente como los simios Bonobo ? ¿ Y cómo es que callamos en vez hacerles callar ?
Los simios Bonobo y no Bonobo son de otra especie, especie inferior en la evolución de las especies y la composición que son de ADN no supone que sus comportamientos sexuales conlleven epidemias, pestes o pandemias ni casos familiares y/o aislados.
Queremos Calidad de Vida, queremos que no nos nazcan niñ@s ciegos, queremos...¿ Dónde la capacidad de excluir los comportamientos contrarios a esa Calidad de Vida que queremos y dónde la de incluir para no ser una especie extinguida, desaparecida ?
Párrafo de La Sífilis a lo largo de la Historia, César Noragueda, con algún mandamás con el riesgo que supone y otros personages destacados y notables.
El caso más conocido es el de Friedrich Nietzsche, pero literatos como Stendhal, Maupassant, Joyce, Byron, Rimbaud, Sade, Baudelaire, Wilde, Tolstoi, Verlaine, Heine o Dinesen; músicos como Schubert, Liszt, Donizetti o Scott Joplin; pintores
como Goya, Gauguin o Van Gogh; y otros, como Samuel Colt, Casanova,
Martín Alonso Pinzón, Pedro I y Catalina de Rusia, Al Capone o
Mussolini; todos ellos contrajeron la sífilis. Y se especula con muchos otros,
como Shaespeare y Beethoven, el propio Colón, Enrique VIII de
Inglaterra, Iván el Terrible, Napoleón o incluso Bolívar, Lincoln y
Hitler. Dicho lo cual, como comprenderéis, puesto que la sífilis ataca al sistema nervioso y provoca lesiones cerebrales y demencia en la última etapa, no es disparatado preguntarse qué decisiones de estos personajes históricos habrán estado influidas por su enfermedad. Y eso es lo que trató de dilucidar la doctora Deborah Hayden en su libro Pox: Genius, Madness, and the Mystery of Syphilis (2003), pero no llegó a convencer mucho por su inevitable grado especulativo.
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