Hermosa delicadeza la emanada
por los labios de tus dedos
Delicadeza embriagadora como la lírica,
como lo es la variopinta música
Dedos que forman una fuente de chorlito
que satisface la sed de racional belleza
Hermosa delicadeza aún en la lucha
que sin forzarte la nobleza ajena
tu nobleza te obliga a noble lucha
A luchar sonando a música,
la música que es del zigzagueante
rayo el atronador trueno
Quién pudiera callar ese bramar
Quién pudiese callar tan noble música
porque acabases ya de batallar
para escuchar de tu boca y tus dedos
otro sonar distinto siendo por noble igual
Delicadas caricias, suaves besos y versos;
palabras con sentido, racionales;
esa tu otra voz divina, noble, celestial
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