Érase una vez que era
y así lo enseña la Historia
que había adultos y adultas
e incluso había invernales
que creían que por el hecho de serlo
todo sabían, creían que ya eran sabios
por lo que eran prepotentes
ante las discretas gentes.
Los muy necios no veían
que desde preescolar,
desde que fueran a párvulos
lo que venía engordando
era la mucha ignorancia
con que eran alimentados
y la estúpida mentira
que decimos vanidad
Y es que el Creique y el Penseque,
como solemos decir, hermanos son
del Tonteque
Pocasluces y El Código Deontológico. Cuento
Ocurrió una vez que era
- Es falso, cuento, ficción, mentira, irreal -
que un primario, un mermado, un pocasluces
ministro de sanidad
en no sé que geografía
impuso por norma, ley, regla
a todo profesional
pegasen a los enfermos
patadas y puñetazos,
con bisturíes en los ojos les pinchasen
y cortar con las tijeras
sin la carne precisar,
que con vendas les atasen
y les llenasen las bocas
con las gasas de curar.
Que usasen su instrumental profesional
contrariamente al servicio que se le debe dar
Los sanitarios dijeron
- Es orden, obedezcamos
al ministro los dictados.
Por encima de nuestro deontológico código
están siempre sus mandatos
aunque estos sean opuestos, antagónicos, contrarios
a ejercer nuestro papel como buen profesional
y por serlo nuestro respeto al código haya de ser total.
! Asusta que sucediese,
que fuese cierto, real
que en Sanidad la obediencia
a algo o alguien se antepusiese
al código deontológico
que satisface respetar !
! Demos gracias a Thomas Edison y Tesla
que con ese pocasluces fuera todo oscuridad !
El humor agridulce es a nosotr@s como la flema a los ingleses
De Reyes y Otros Oligofrénicos Históricos
Cuenta, nos dice la Historia
Narra, relata el pasado
que existieron reyes, reinas
que oligofrénicos eran
y otros que también lo eran
y se creían divinos.
Como eran disminuidos
- nota a su comprensión
y demás capacidades -
no discernían bien y mal
así que el mal no excluían
y por ello se burlaban,
por ello se divertían
con sangre de los demás
a los que sacrificaban
o ingenuos les obedecían
sacrificando sus vidas,
eso sí con cuenta gotas.
Cuenta, da testimonio la Historia
de su abstracción y empatia,
clases en que suspendian
junto a todas las demás
por ser unos incapaces,
por su cerebro de mosca
a todos perjudicar.
Cuenta, inflorma la Historia
que existieron reyes, reinas
y otros clínicos idiotas
a los que otros se sometían
cual domésticas gallinas
teniendo superior e incluso notable nota,
la que ellos no merecían
puesto que si presumían
era de su cortedad.
Más no habla claro la Historia
pues por cero resilentes
no soportaban las críticas
fueran o no constructivas;
no aguantaban los desprecios
que merece el duro, el necio
que no evoluciona, aprende.
- ! Tú siempre, cretino, dando la nota
ya que la nota no das
por tu cerebro brillante !
! Tú no obtienes ni el suficiente
de la generalidad
por destacar, sobresalir en la Historia
por tu talento, tu ingenio
para algo bueno, beneficioso aportar;
dejar legado en la Historia !
Cuenta, nos da a conocer la Historia
que engañan las apariencias,
que ciegan ver bien, claras estas y otras cosas .
Y cuenta, a saber nos da la Historia
que el juicio sobre sí mismos
era juicio deformado
pues de sí eran enamorados
teniendo sesos de mosca.
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