Éranse una vez que eran
dos caprichosos sultanes
con sus caprichosas cortes
Uno era tan caprichoso
que vendió al otro su sultanato
Formaba parte del trato
el que había de entregarlo
en un plazo, en unas fechas,
el que oposición no hubiera
por parte del sultanato
y que de incumplir el trato
rebanaría el pescuezo a él
junto con toda su corte.
Por poder cumplir el trato
aquel junto con su corte
urdió una estratagema
urdió una estratagema
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