El mundo, la realidad que los cerebros sapiens ascendientes nuestros tuvieron por voluntad concedernos como herencia importando, aunque nos importe ya no importa. Nuestra realidad desde todo puto de vista o ángulo es un desastre y más que un grosero, desagradable desastre por ser herencia de la sin escrúpulos escuela neanderthal, escuela neanderthal que dirige hacia un desastre inevitablemente fatal.
Lo que importa es la realidad, el mundo que nosotros a nuestros descendientes presentes y no gestados y nacidos queremos dejarles como herencia, tenemos como voluntad sapiens legarles.
No hay dos manzanas iguales, idénticas. Somos individuos.
Que una rama, ya de semillas podridas, no nos impida realizar esa nuestra común y fuerte por sana, adulta voluntad sapiens.
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