Nuestros símbolos legítimos son nuestros atributos naturales masculinos y femeninos, externos e internos.
Matar, morir por poseer otros símbolos es ridículo por ser irracional.
Ningún espíritu es noble por poseer zafiros ni a ninguno da esperanza el poseer esmeraldas o un huerto de albahaca. Tampoco la riqueza material hace a uno ser espiritualmente rico en conocimiento, en sabiduría.
Y todo así.
Cosas de bárbaros que padecen un retraso en la maduración a adultos por mal formados a la mala sombra de la religión, de sus jerarcas.
Nosotras no somos, nos negamos a ser papel de calco suyo; a que ellos sean los padres espirituales de nuestros hijos mediando involuntariamente nosotras.
Pero de poco sirve si los padres carnales de nuestros hijos siguen consintiendo esta aberración, si aceptan limitarse a ser simplemente padres carnales y que los jerarcas sean los que formen, les mal formen sus psiques, sus espíritus.
Ciertamente muchos padres nacidos ya en sus garras precisan ser reformados, por ello se hace necesario que quienes no lo necesitan abarquen esta función en la sociedad. Sobre todo si consideramos que hacen modo y manera de evitar la conciliación familiar por ello
! NO FORMARÁS A TUS HIJOS !
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