Las ciencias, conocimiento, saber, sabiduría
real, auténtica, verdadera
a caducado al animismo,
a sus fantastiosas explicaciones:
a sus mitos, protagonistas míticos
y representantes teatrales,
personificaciones, encarnaciones.
Todos ellos son unos farsantes,
unos histriones sucesores de los ayer.
No son las manos las que sienten ante un oso
No son los pies los que sienten ante un tigre
No es el hígado ni es el corazón carnal
el que siente ante un agresor micro, macro o regular;
ni ante uno, muchos o pocos.
Son las neuronas las que sensibles, sintientes,
sensitivos seres vivos sienten.
Flexibles que no duros
como los primaverales, pueriles, verdes
cambiamos de postura a según.
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